Meditación para el 4 de enero.

 

CAPRICORNIO

 

         El 4 de enero y el mes solar de enero (desde el 22 de diciembre hasta el 20 de enero) están dedicados a la Jerarquía de Capricornio. La constituyen los Arcángeles, cuya cabeza es Cristo, y de los que procede el maravilloso poder, mediante el cual, el hombre mortal puede ser elevado a Su semejanza. Es también el signo de los Avatares del mundo.

         El modelo proyectado por la Jerarquía de Capricornio visualiza el inefable momento en que el espíritu de Cristo se manifestará en toda la Humanidad. Pues será entonces cuando nuestro Planeta responderá a su propia nota clave musical, proclamada ya por los ángeles y arcángeles en aquella Noche Santa de hace tiempo, cuando cantaron: "Paz en la Tierra, y buena voluntad hacia los hombres".

         El discípulo relacionado con Capricornio es Simón, hermano de Santiago y Judas. Aunque Simón estaba unido a su Señor por lazos familiares, fue el más reacio a aceptar la divinidad del Maestro. Pero cuando, finalmente, fue despertado por Cristo, su dedicación fue completa. Su único deseo fue el de servir a su Señor y ni la vida ni la muerte tuvieron otro significado para él aparte de ese ideal.

         El centro corporal doble, relacionado con el signo de Capricornio está situado en las rodillas. En el hombre crístico esos puntos se convertirán en gloriosos remolinos de luz.

         La Epístola a los Gálatas (4:20) proporciona el pensamiento bíblico simiente para la meditación del 4 de enero y el mes solar de Capricornio:

 

         Que Cristo tome forma en vosotros.

 

         Los aspirantes deberán meditar sobre este pasaje, hasta que su significado oculto armonice con el ritmo vibratorio al que la Jerarquía de Capricornio está sincronizando la Tierra.